Aquellas que persistan en operar bajo paradigmas obsoletos corren el riesgo de ser absorbidas por un contexto implacable.

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julio 7, 2025
IA para Pymes
julio 22, 2025La urgente transformación que necesita la PyME argentina

La reinvención profunda del empresario local.
Por Martín Yechua. El ecosistema empresarial argentino, caracterizado por una volatilidad y complejidad únicas, impone a la PyME un desafío existencial.
La premisa fundamental es clara: la adaptación del mindset del empresario sectorial ya no es una opción, sino una imperiosa necesidad.
La incertidumbre como nuevo marco operativo
Históricamente, la planificación empresarial se ha cimentado sobre proyecciones y una relativa estabilidad.
Sin embargo, en Argentina, la incertidumbre se ha erigido como el nuevo marco operativo.
La PyME que aspire a la sostenibilidad debe despojarse de la expectativa de un entorno predecible y abrazar la variabilidad como una constante.
Esto implica desarrollar una capacidad de respuesta ágil y multifacética ante escenarios macroeconómicos volátiles, regulaciones cambiantes y fluctuaciones inflacionarias.
La resiliencia no se construye sobre la negación de esta realidad, sino sobre su aceptación y la consecuente redefinición de estrategias operativas y financieras.
Gestión de la liquidez: el pulso vital de la empresa
En este contexto, la gestión de la liquidez adquiere una relevancia crítica. El capital de trabajo, otrora un colchón de seguridad, se ve constantemente erosionado.
La supervivencia depende de una administración meticulosa de cada flujo de efectivo.
Ya no se trata solo de maximizar ventas, sino de optimizar el ciclo de conversión de efectivo, minimizando los plazos de cobro y gestionando estratégicamente los pagos a proveedores, siempre bajo el amparo de la legalidad y la ética comercial.
La creatividad financiera se vuelve indispensable, explorando alternativas a los esquemas tradicionales de financiación que a menudo resultan punitivos en entornos inflacionarios.
La ausencia de un monitoreo exhaustivo y proactivo de estos indicadores puede resultar en un ahogamiento financiero insalvable.
La imperiosa necesidad de la flexibilidad estructural
El apego a estructuras y procesos obsoletos representa un lastre insostenible. Lo que funcionó en décadas pasadas puede ser hoy un ancla que impide la evolución.
La PyME debe evaluar críticamente su infraestructura, sus procedimientos internos y hasta su capital humano.
La rigidez estructural es incompatible con la agilidad que el mercado demanda.
Esto implica una disposición a realizar transformaciones profundas, desde la redefinición de la cadena de valor hasta la implementación de nuevas tecnologías.
La adaptabilidad no es un concepto etéreo; se traduce en la capacidad de modificar rápidamente productos, servicios, canales de distribución y modelos de negocio en respuesta a las cambiantes necesidades del consumidor y las dinámicas del mercado.
Las decisiones, por dolorosas que resulten en lo inmediato, deben priorizar la viabilidad a largo plazo.
Innovación y tecnología: motores de diferenciación
La innovación, lejos de ser un privilegio de las grandes corporaciones, debe ser un pilar central en la PyME argentina.
No se limita al desarrollo de patentes o grandes descubrimientos; implica la búsqueda constante de soluciones disruptivas a problemas cotidianos, la optimización de procesos y la mejora continua de la propuesta de valor.
La tecnología emerge como un facilitador clave en esta ecuación.
La digitalización de operaciones, el análisis de datos para la toma de decisiones, la automatización de tareas repetitivas y la exploración de nuevos canales de venta online no son meras tendencias, sino herramientas fundamentales para ganar eficiencia, reducir costos y alcanzar nuevos mercados.
Aquellas PyMEs que subestimen la inversión en tecnología corren el riesgo de quedar rezagadas frente a competidores más ágiles y conectados.
Colaboración y sinergia: hacia un ecosistema resiliente
Finalmente, la tradicional mentalidad de competencia aislada debe ceder paso a la colaboración y la construcción de ecosistemas.
Las PyMEs pueden fortalecerse mutuamente a través de la cooperación en áreas como la logística, el desarrollo de proveedores, el acceso a tecnología o la capacitación.
La creación de redes y la búsqueda de sinergias no solo optimizan recursos, sino que también generan una resiliencia colectiva frente a los desafíos.
El conocimiento compartido, la experiencia conjunta y la capacidad de actuar como un frente unido pueden abrir puertas y generar oportunidades que serían inalcanzables de forma individual.
En síntesis, la PyME argentina se encuentra ante una encrucijada. La supervivencia y el crecimiento no dependerán de una espera pasiva de la estabilidad, sino de una reinvención profunda del empresario mismo.
Este imperativo de cambio de mindset es la clave para navegar las turbulentas aguas del contexto actual y asegurar un futuro sostenible.

Martín Yechua, Director Ejecutivo de ADIRAS (Asociación de Directorios Asociados).